Amantes lunares

Por la nieve del norte vaga

ensimismada la locura

entonando disparates monosilábicos

mordiendo plumas

en tierra firme el ancla trunca

sobre las orillas los olvidos

poco sociables no encajan esos recuerdos

el hielo transparente

la eterna y alucinante flor

latiendo sobre las sedas un lacerante pudor

no es la brisa gélida

ni el silencio opaco en el paramo

que agita su interior

sino el paso firme y visceral

el uniforme sudado

los borceguíes empolvados

que un dilatado combate dejó

no hay héroes hercúleos

ni reflexión

verdadera reflexión digo

solo un vago arrepentimiento

y la certidumbre de la continuidad de la guerra

en cada nuevo encuentro

ondearan los símbolos de victoria

entre las ramas desnudas y la penumbra

moviendo las mandíbulas en círculos pequeños

como batiendo bandera

alzando báculo

o extraña y bizarra corona

aquella que obligatoria se le ofrece al ganador

en la cima del reino

noble y épica

encantada y exaltada

clavada como mágica espada

en la parte baja de espalda resignada

bajo la luz plateada y mortecina

de la jadeante luna

un adiós

 

 

 

 

En sus ojos

En sus ojos

reino

en sus ojos

con abundancia

sin presunciones

reino


Sarita la glorificada

Separar el dolor del cangrejo y reservar

canonización

en el crecimiento desmedido de su huerto

turbulencia carnal

quieren despojarla de sus almibarados frutos

coronando así

antropófaga persecución

virulenta

viril triada

que contamina las oscuras esquinas del averno

ella dice ¡¡¡ basta!!!

con femenina y desafiante voz

transgrede el orden físico del universo material

convirtiéndolos en un tótem pétreo

uno encima del otro

malestares y gozos

abandonados hasta que se hagan polvo

¿quien es ésta que asciende cual aurora naciente?

que entrega su corazón así misma

que no necesita mostrar su nobleza

como el vino de maduración progresiva y excepcional

que desde el borde afilado de su determinación

asalta

que con su mano corre y hace justicia

que con su presencia provocadora

oficializa el abuso

llega a respirar su propia atmósfera y contenidos

en el que los únicos habitantes que pueblan su entorno son:

el viento que mueve sus raídas cortinas

el sudor que empapa su descolonizada blusa

la tierra que halla en su intenso calzado

y el fuego que proclama la victoria en su interior

armonía en la contradicción

devoción por la pacificadora arma

contundente sentencia

expresada

ilustrada tras las rejas

crucifijo entre las manos

intercesión

aglomerados los ángeles salvadores

que la liberan de la desesperación

envuelta en la luna

envuelta en el sol


La influencia del cuello

La influencia del cuello

se extiende a la nuca

convierten sus labios

espontánea y abiertamente

en el centro

esclavo de mis sueños


Flor diminuta y pura

Flor diminuta y pura

pequeña reina en el desierto

su aroma se extiende dulcemente

delicada

fraganciosa

y en la serenidad de su existencia

la acaricia el viento

el sol no tarda

la cobija

la calienta

la ilumina

así pequeña reina

sobre arenas reposadas

se expande con criterio

hasta dejar el desierto

remontar las dunas

y perderse en el tiempo

 


Autocomplacencia

Valiéndose de un delicado movimiento nocturno

pasa del desasosiego a la plácida cama

constata tersura

de crisantemos y rosas perfumadas

mágico silencio

inercia inesperada

fragilidad en la fortaleza

amanecer lejano

florecimiento de ensueños en su recinto

huella sutil

errante, lascivo y obsceno

no podía dejar de lado la autocomplacencia

como la vía láctea se disuelve

en el oscuro recuerdo del otro

se ha reconciliado con sus sueños

aquellos de los que surge persistente

a entregarle, ofrecerle y obsequiarle

su mismo incandescente e incansable cuerpo anónimo

con apetito desmedido

se sacia

y en la mas profunda soledad

del vuelo sensitivo

aterriza como ave

lentamente sobre almohadas mullidas

y con su propio plumaje

se cobija

se pierde

se abriga

trasciende

sueña


Brevitate Vitae

Crepusculares urgencias

se atavían de pudor y censura

rubor en las mejillas

obsesión por la complacencia

la satisfacción

volver a empezar

sangrar voluntaria y eternamente

recreando la vía láctea

una mano vacía que se extiende

interminables noches de soledad y mendicidad

savia que corre bajo la rugosa corteza

jardín eternamente en flor

¿Qué es morir sino erguirse desnudo?

y como los arboles de pie

esperar el fin en la plenitud

con la mirada fija en el infinito

cierro los ojos

y medito en los silencios de mi alma

bañada por la luz de la luna

placeres compartidos que no llegan

insólita frustración

apreciar

su peso

su color

su forma

dispuesto a cometer

muchisimos errores

¿Qué imagen del propio cuerpo?

evocación sublime o escandaloso festín

convertirse en base, lienzo y cincel

de su propio peso, color y forma

nunca terminar

en progresiones armónicas regulares

el aire en las puntas de los dedos fluye

y con los brazos extendidos

viajar a donde nadie ha llegado antes

y allí encontrar

decenas de metros mas abajo

el sonido de la tragedia

de la melancolía

de la tristeza

contra el sólido pavimento


¡Poncha , poncha!

¡Poncha , poncha!

corría

¡Poncha , Poncha!

se desgastaba

¡poncha , poncha!

del vestido se salía

¡Poncha , Poncha!

los tacos abandonaba

¡poncha , poncha!

y por la pradera se escurría

¡Poncha , Poncha!

a la cabaña llegaba

¡poncha , poncha!

la puerta la enmarcaba

¡Poncha , poncha!

sobre la cama se lanzaba

¡Poncha , Poncha!

con las piernas como tijeras lo esperaba

¡poncha , poncha!

Y él no aparecía

¡Poncha , Poncha!

Y el director corten gritaba

¡Poncha , concha repitamos la escena!

¡poncha , poncha!

En un mar de deseo incontenible se diluía